Radiografía del enclave y un regreso a los orígenes

Un viaje por la historia de Cáceres: así era el paseo de Cánovas hace 125 años

El ensanche de la ciudad tuvo lugar en el siglo XIX por el fuerte crecimiento poblacional. A comienzos del XX se urbanizó el terreno y se construyeron las primeras villas burguesas

Una instantánea del siglo XX del paseo de Cánovas.

Una instantánea del siglo XX del paseo de Cánovas. / E. P.

Cáceres

Cáceres vivió, con la capitalidad provincial, un aumento exponencial de sus vecinos entre 1830 y 1860 y tenía en la calle San Antón la espoleta del gran desarrollo que se iba a producir hacia el suroeste a final del siglo XIX. Este crecimiento poblacional, junto a la actividad industrial y minera en Aldea Moret, la apertura de la estación de ferrocarril en 1881 y el inicio de la construcción del Hospital Provincial tres años después, demandaba un ensanche de la villa. 

Con el eje marcado por la via que comenzaría desde el final de San Antón y finalizaría en la estación, esa expansión de la ciudad se definía por el propio Paseo -llamado de Cánovas en el año 1887- y lo que actualmente es la avenida de Alemania. Se acogió a la legislación de Ensanche de Poblaciones del mismo año y fue urbanizado en los primeros años del siglo XX con la construcción de las primeras villas burguesas en torno a una vía con dos caminos en el eje longitudinal que lo flanquean y una planificación basada en la modernidad de las calles y espacios verdes como soluciones a la tradicional edificación de arquitectura consolidada en las últimas calles de la parte antigua.

Con 25.000 habitantes en las primeras décadas del XX, la mayoría residían aún en el casco histórico y el ensanche presentaba un bajo índice de ocupación, mientras se extendían vías como Gil Cordero o Gómez Becerra. Las construcciones de viviendas en esta zona debido a la saturación del casco urbano fueron la solución urbanística a la demanda de casas por la fuete inmigración en esas fechas proveniente del excedente de una población agraria desfavorecida.

La retención del suelo provocó el estrangulamiento de la villa a partir de 1930 con la construcción de la Ronda del Carmen y Hernán Cortés. No fue hasta el plano de la ciudad en 1947 cuando el ensanche fue una realidad. La arquitectura burguesa de los márgenes del paseo se extendieron por las calles aledañas hasta la plaza de Colón. Y ya en los años 50 se produjo un mayor proceso constructivo de viviendas que supuso otro salto cualitativo para la ciudad.

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